Mi sistema de trabajo es metódico y progresivo, teniendo presente siempre la salud y el bienestar emocional del caballo.
Cada caballo que entra en nuestra cuadra, es como un amigo.
Hay caballos que vienen con problemas por falta de entendimiento y conexión con su jinete; a menudo, no solo por razones técnicas sino por no haber entendido la personalidad del caballo y de su modo de reaccionar. Montar bien (tener equilibrio y dar las ayudar correctas) es por supuesto básico; pero es fundamental también conocer y saber “escuchar” al caballo.
No podemos tratar todos los caballos igual; cada uno tiene sus propias características, por eso adaptamos el tipo alimentación, y las tareas a realizar, de acuerdo a esas características y personalidad.
No tratamos de ser «una fábrica de entrenar caballos». Damos un tratamiento personalizado, focalizando nuestra tarea en lograr una relación armoniosa y satisfactoria con el caballo.
Monto un máximo de 8 caballos al día, para poder asegurar la calidad de nuestro servicio.
Dice un refrán: «Solo se va más rápido, pero no más lejos»
Por eso colaboran conmigo un competente grupo de profesionales -veterinario, entrenador , herrador/recortador, quiropráctico, dentista equino…- para que el entrenamiento y la salud de su caballo estén perfectamente supervisados.